A veces pienso
que la mayoría de los seres humanos somos idiotas, unos moderadamente idiotas y
otros tarugos rematados, incluso los teóricamente inteligentes probablemente
son imbéciles a ojos de la madre naturaleza. Y es que sólo así se entiende que
cuando esta hace regalos a algún humano ―en forma de habilidad extraordinaria―,
normalmente le está jodiendo la vida.
Los tipos y
tipas destinados a hacer del mundo un lugar mejor suelen acabar renegando de
este, junto con el don viene primero
la incomprensión (el dedito levantado desde la esquina y los adjetivos
calificativos), el aburrimiento, la soledad y la inadaptación.
La
extraordinaria familia Telemacus es
sin duda extraordinaria, y por eso mismo tremendamente disfuncional e
inadaptada. Está compuesta por el abuelo Teddy, fulero y timador, la fallecida
abuela Maureen, sus retoños, Irene, Frankie y Buddie y sus nietos, entre los
que se encuentran dos gemelas y un adolescente en erupción llamado Matty, todos
menos el abuelo poseen habilidades sobrenaturales. Y es que la abuela Mo era telépata y espía, la mejor de la
historia según dicen, Irene detecta las mentiras, Frankie mueve objetos con la
mente y Buddie puede ver el futuro; los nietos a su vez también prometen, las
dos mocosas son capaces de reventar cualquier aparato eléctrico a distancia y
Matty es un adolescente que se proyecta fuera de su cuerpo cuando está cachondo
o colocado.
Lo que parece un
argumento propio de X-men sin embargo en manos de Daryl Gregory acaba
pareciéndose más a una comedia de situación, una con tintes tragicómicos que
sin duda acabará en formato serie en algún canal de televisión; si trasladamos
a la realidad esos maravillosos dones realmente nos damos cuenta de que ser
consciente de todas las mentiras de la gente es una decepción continua, ver el
futuro es algo horroroso cuando se acercan tragedias y mover cosas con la mente realmente
no sirve para nada.
El resultado son
tres generaciones de tipos a los que sus superpoderes han puesto la vida patas
arriba; si además aderezamos el argumento con la mafia y los agentes del
gobierno el resultado es una novela francamente divertida.
Una novela que
además está perfectamente estructurada, donde cada pieza del puzle que se
muestra durante los primeros capítulos tiene un lugar en la gran escena final.
Termino esta humilde
reseña haciendo referencia a algo que normalmente no hago, y esto es hablar de
la edición del libro; Blackie Books ha hecho un libro precioso donde cada
detalle está cuidado, desde la cubierta en tapa dura hasta el marcapáginas, es
un libro sólido, proporcionado, bien diseñado y fácil de leer, algo que como lector agradezco en un mundo editorial donde cada céntimo ahorrado en
imprenta pesa, a veces demasiado.