Quizás sea casualidad, pero de
un tiempo a esta parte no hago más que tropezarme con cursos y consejos de
escritura creativa ―internet está plagado y algunos son francamente minuciosos―,
encaminados a la desquiciada tarea de añadir más miembros a la tropa de
juntaletras que deambulamos por el mundo. Mil y un consejos, mil y un detalles para
otorgar al literato en ciernes las herramientas necesarias para construir su mundo,
su refugio personal de papel y tinta bajo el que guarecerse.
Bien, si todo perro pichichi tiene
su curso, yo también puedo; pero el mío va a ser jodidamente corto. De un par
de frases, ahí va:
Si quieres ser un escritor decente primero lee, lee mucho. Y después escribe, escribe mucho.
Ya está, lo bueno si breve dos
veces bueno; pretender ser escritor sin leer es como pretender ser dentista con
los dientes podridos o como un tatuador con la piel impoluta; y pretender escribir
la gran novela americana sin antes haber triturado uno o dos millones de
cuentos infames es cuanto menos una osadía digna del mayor imbécil.
A escribir se aprende
escribiendo. Es un oficio que ―lo siento―, no tiene herramientas
mágicas escondidas en cofres bajo siete candados. Las herramientas son
sencillas y son las mismas que tuvieron los grandes de la literatura universal.
Pero entonces, estimado lector,
la duda sin duda te asalta llegados a este punto. La pregunta te corroe. ¿Qué demonios
hace grande a un grande?
Supongo que podría hablar del ritmo,
de la cadencia, de la estructura, pero para eso ya está Lorca; de la habilidad
para elegir una historia que se enraíce en el lector, de generar la necesidad
de seguir leyendo, pero para eso ya está Poe. Supongo que podría hablar de la imaginación
contagiosa, pero para eso ya está Borges; o de la habilidad de contar sin
palabras, dejando apenas entrever la puntita del iceberg, pero eso sería rizar
el rizo y para eso está Salinger.
Bien pensado mejor me callo, a
ver si saco un ratito para leer antes de seguir escribiendo, que después de todo esto no es más que un curso de escritura creativa desechable.